lunes, 4 de febrero de 2013

El Parque

           



             ¿Soleado?, ¿nublado?, ¿cuál crees que sea el mejor momento para ir a un parque, plaza o camineria a salir un rato de la rutina?... Pues son aquellas preguntas que rodean mi mente, al colocarme mis pantalones estilo mono stretch de color oscuro, que es están algo ya gastados pero eso solo lo se yo y al ojo público no se nota nada; atando los zapatos deportivos, doblando su trenza hasta el mas perfecto nudo en lazo que puedes lograr, aun le faltan un lavado luego de la ultima vez, que lamentablemente acababa de llover y gracias a los charcos que se posaban por cada mal desnivel de la acera por la que suelo transitar, pero que era imposible evitar al verte distraída por lo maravillosa que estaba la flora ese día, el cielo despejado y un ambiente de absoluta paz mental, mientras escuchabas Where have you been .- Rihana , que ni cuenta te diste de lo sucios que podrían estar tus zapatos, que importa ¿verdad?; al atuendo no podría faltar esa camisa cómoda, fresca, que usas y no sabes cuanto tiempo ya tiene en tu armario. Lista, recoges tu cabello en una cola de caballo improvisada, por la prisa de salir y no seguir escuchando el canal de noticias que permanece las 24 horas encendido en tu casa, coges tu ipod, celular y a la calle.
             Este día resulto ser soleado, llevo 30 minutos recorriendo todo el lugar, en donde hay una pequeña plaza rodeada por una fuente, dos niños cerca de ella sentados en la orilla de la misma, sumergiendo las manos, uno le trata de enseñar al otro a como hacer una ballena con ellas, sonriendo todo el tiempo, por lo que puedo ver parecen hermanos o quizás unos buenos amigos que en un futuro podrían llegar a ser compadres de bodas, ¿quién dice que no pueda pasar?. En un banco no muy distante a los dos pequeños cerca de la fuente, se encuentran dos señoras mayores que han llevado a sus perros a dar una vuelta por el lugar, pero que al parecer se han puesto a comentar algo muy interesante debido a las expresiones y muecas que ambas realizan en el proceso; al cruzar la vista a otro lado se encuentra un grupo de jóvenes de no mas de 16 años, que han decidido hacer una especie de picnic improvisado, tirados en la grama que esta recién cortada, ya que aun se suele percibir el olor tan característico que te hace pensar que te sientes en un edén celestial; pero todos tienen esa risa contagiosa de adolescentes sin preocupaciones, solo por cual sea la siguiente fiesta a la cual asistirán. Como yo, existen varios dando vueltas en una marcada rutina de ejercicio, concentrados en lo suyo sin ser lo suficientemente observadores para detallar su alrededor. Un poco mas adelante de mi paso hay una joven pareja, que van tomados de la mano y parecen tener una amena conversación, que se acompañan de arrumacos y besos dulces, que por un minuto pierdo mi concentración hacia lo que cada día suele ser diferente en ese lugar, ¿y por qué? ¿será lo dulce que se ven? ¿lo felices?, la respuesta es si, por todo eso y que complementan tan maravilloso lugar al engranar, la emoción que siente aquel niño al momento en que el otro le muestra como sale el agua de sus manos, y sonreír de sorpresa; las señoras que disfrutan cada palabra una de la otra, sus caninos descansando en el suelo luego de lo que debió haber sido una larga caminata, pero que emanan cada gota se satisfacción en lo brillante de sus ojos cafés y sus asomadas lenguas rosas; los adolescentes despreocupados, que entre risas,  juegos y pequeñas carreras alrededor de su acogedor circulo social, se les nota la felicidad a flor de piel; entonces, estos dos seres eran parte de esa cadena, el comienzo de algo que como los niños no veían, solo lo sentían; los adolescentes, lo sentían, trataban de ver y comprender pero que aún se les era desconocido, y que las señoras mayor ya han disfrutado, vivido y ahora admiran al ver a sus familiares, o/a parejas como la que a pocos pasos se encuentran de mi. Pero, ¿por qué me encontraría yo, haciendo este tipo de analogías? la respuesta es sencilla, por amor, no hay otra explicación, el sentir que cada fibra de mi alma se enriquece con este sentimiento y en solo observarlo en desconocidos que parecen vivirlo, ha encontrado un lugar en parte de mi sistema limbico, donde simplemente puede hacerme sonreír ante ellos y mostrarles mis respectos ya que, actualmente se ha perdido mucho el amor en general por situaciones que podemos y no controlar, impuestas por la misma sociedad.
           He decidido retirar un audífono  para escuchar algo de lo que tiene tan extasiada a la mujer de la feliz pareja de adelante, y solo puedo llegar a escuchar de un apartamento que están amoblando, y que al parecer acobijara a sus futuros retoños, me coloco de nuevo el audífono y sonrió ampliamente al imaginar la escena en mi mente, como si estuviera en un estreno de una reconocida película con un felices para siempre y por siempre, me hace suspirar y ya no solo pensar en ellos, si no en aquel muchacho que se ha mudado a mi corazón, que con cada tontería que hace, me hace sonreír aun mas y vivir el amor desde otro punto de vista, imaginar un felices para siempre, boda, niños, nietos, etc., si lo admito soy cursi, mujer y enamorada tanto de la vida como del amor en toda su gama colorimétrica, pero ahora te he dejado con la duda, de ¿qué observas a tu alrededor y que piensas de ello?, el ser critico no te hará mal. 
                  Ya de regreso a casa, siento que recupere muchos años al respirar no el O2 contaminado del día a día, si no un aroma diferente, la esencia del amor,  y la podes encontrar en cualquier lugar solo tenes que ser abierto a ella. Coloco en modo off el ipod y me dispongo a tomar una ducha reconfortable como postre a tan espectacular espectáculo. 

La canción que enlazo todo fue Momentos de Noel Scharjris

"Disfruta de todos esos pequeños momentos" Anonimo
           Crónicas de una mujer enamorada

No hay comentarios:

Publicar un comentario